Laia y su mundo

jueves, junio 08, 2006

Resistiendo en el hospital

Sigo aquí. Aún no me han trasladado de este nuevo hogar pero observo mucho movimiento. De momento me voy adaptando bastante bien, no me puedo quejar, aunque a veces me invade una sensación extraña, como de dolor en mi barriga. Según entiendo a estos gigantes suena algo así como "hambre". No sé, tendré que estudiarlo un poco más. Lo mejor es cuando todos se callan y vuelvo a poder soñar con mi antigua casa. Si es que se me nota en la cara...


La vida aquí no es muy complicada. La giganta siempre intenta hacerme rabiar cuando más tranquila estoy, y junto con el otro gigante que responde al nombre de "padre" y el resto de su familia, no paran hasta que me hacen llorar para que abra la boca. Aunque es cierto que esta giganta que responde al nombre de "madre" tiene un surtidor de comida bastante agradable. Luego hay una giganta extraña, siempre con un aparato luminoso tras el que se esconde. No para de deslumbrarme! pero bueno, no es doloroso, así que la toleraré de momento. Ya pensaré un plan alternativo para más adelante, cuando aprenda su idioma...

De momento lo que más tengo que hacer es fijarme, fijarme mucho para aprender deprisa...no creo que me lleve mucho tiempo, estos gigantes no parecen muy avispados...